La historia del café

¿Sabías que la existencia del café es relativamente nueva? Por ejemplo, el té y el alcohol se han consumido durante alrededor de 5000 años, mientras que el café solo se ha disfrutado desde hace unos 1000, y su existencia sólo puede comprobarse desde hace unos 500 años. A pesar de su brevedad, la historia es fascinante y roza lo fantástico.


Siempre hay una leyenda

El comienzo no es una fecha específica, sino una leyenda. Se cuenta que Kaldi, un pastor etíope, notó un comportamiento extraño en las cabras de su rebaño, que gritaban y saltaban por todas partes tras consumir unas pequeñas bayas rojas. La curiosidad fue más fuerte y probó uno de estos frutos, sintiéndose repentinamente energizado.
Luego de esto fue directamente a su esposa, quien le aconsejó llevar estos frutos ‘’divinos’’ al monasterio más cercano. Al llegar los monjes del lugar no fueron tan receptivos, y prefirieron lanzar los frutos al fuego, considerándolos un truco del diablo. Sin embargo, el aroma que emanó de las llamas llamó la atención de los monjes, quienes retiraron los granos tostados del fuego, para luego molerlos y prepararlos con agua caliente.
Este es uno de los relatos más populares en cuanto a su origen, y aunque comprobar su veracidad resulta casi imposible, este cuento es de los relatos más contados y queridos entre los entusiastas, sin embargo no es el único.

Kaldi el pastor etíope

Yemeníes, héroes del café

Las primeras menciones confiables del café como bebida provienen de los monasterios Sufi, ubicados en Yemen, en el siglo XV. Según la historia, los comerciantes yemeníes llegaron a Estambul para instalar tiendas de café. Otra versión cuenta que el gobernador Otomano de Yemen descubrió el café en una tienda local y se lo envió de inmediato al Sultán, quien se enamoró de este al primer sorbo.
Estas versiones de la historia también bordan en la fantasía, pero se acompañan de un par de hechos comprobados, entre estos, la rápida propagación del café en la península arábica y el noreste africano a mediados del siglo XV, y la bendición de un Sultán Otomano para que la bebida pudiese ser disfrutada ampliamente.
Las cafeterías se convirtieron en centros de conversación y reunión en EstambulEgipto, Siria y Etiopía. Esta bebida era tan central para las vidas de los otomanos. Cabe mencionar los intentos de los clérigos musulmanes para prohibir el consumo del café, temiendo que este pudiera afectar el juicio  de los adherentes como sucedía con el alcohol. Sin embargo, las mociones no fueron consideradas.

Cafetería Imperio Otomano

La llegada a Europa

El café llegó a Europa inicialmente a través de esclavos turcos en Malta, pero se popularizó tras su llegada a Venecia. Durante los primeros años del siglo XVII el café era un producto nuevo para el continente, comercializado por vendedores callejeros como un complemento a sus puestos en donde vendían principalmente limonada. 
Algunos de los clérigos locales condenaron la bebida como una "amarga invención de Satán", al igual que los monjes del relato inicial. El debate al respecto involucró al Papa Clemente VIII, quien probó el café personalmente, considerándolo un regalo divino.
A mediados del siglo XVII las cafeterías abundaban en Italia, y durante los siguientes 30 años, el café se masificó en diversos países de Europa. Para fines del siglo se especula que Londres tenía alrededor de 300 cafeterías.

Papa Clemente VIII

La Expansión

Los holandeses visionaron las oportunidades comerciales a gran escala antes que el resto de Europa. En el 1699 sus comerciantes llevaron el café a Java en Indonesia, instalando un punto comercial de café que luego sería la base e inspiración de otros países europeos para llevar el producto al extranjero.
En 1720, Gabriel de Clieu, un oficial naval francés, llevó granos de café a la isla caribeña de Martinica, Haití y México. Con el poder de la labor esclava, el café crecido en el Nuevo Mundo se volvió altamente rentable, provocando su expansión a otras partes de las Américas. Para el siglo XIX había cultivos en Jamaica, el Sudeste Asiático y muchas islas del Pacífico, convirtiéndose en un negocio a escala global.
Brasil comenzó a liderar la producción de café en el siglo XIX, en un punto generando el 80% de los granos de café a nivel mundial, seguido por Vietnam, Colombia y Venezuela

 

El café en la modernidad

En la actualidad, el café es la bebida más comercializada en el mundo. Este ha adquirido una importancia significativa en la sociedad actual, tanto a nivel económico como cultural. Además, el sector cafetero se ha convertido en una fuente vital de empleo en países en desarrollo, donde miles de pequeños productores y trabajadores agrícolas dependen de esta industria para su sustento.

1 comentario

Nelson Moreno

BUEN INCOPARABLE EXCPCIONAL

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